Text crític d'IÑIGO SARRIUGARTE per la mostra "La Fàbrica d'imatges" de Rrose Present de la Sala Muncunill
SONDEAR LO INFRALEVE
de IÑIGO SARRIUGARTE (professor i investigador de la UPV/EHU)
Entregarse a la línea fronteriza de lo casi imperceptible, situarse estratégicamente en la adyacencia de lo infraleve como herramienta para atestiguar nuevas pautas y modos de análisis, se presta como dictamen axial de resorte reflexivo en la obra de Rrose Present. Recoger el espíritu duchampiano en la actualidad requiere una recontextualización de los valores intrínsecos y auténticos que tanto defendió su autor desde la ironía y el desapego a las convencionalidades de la crítica ortodoxa, en base al mantenimiento de una impronta ácida y nuclear.
Al igual que se expresa en la doctrina de Max Horkheimer "The real social function of philosophy lies in its criticism of what is prevalent…”, en esta muestra la clave también es surcar un trayecto que consiga exceder los márgenes instaurados y acomodados de la crítica analítica tanto para un corte autorreferencial como sociopolítico, desbordando así lo establecido, que se oculta bajo numerosos discursos transgresores, y que en el fondo se acomoda como otro eslabón más dentro de un sistema ataviado de diferentes disfraces, que son ofertados según nuestra requerida vestimenta crítico-reflexiva.
No obstante, Rrose Present ha sabido discernir este enfoque duchampiano para situarse en aquellas orillas que se escabullen de los grandes relatos imperantes y que rehúsan sutilmente del establishment. No es sencillo parapetarse en las ubicaciones tensionales en dirección hacia la desaparición, pero este es el punto referencial para una creadora, que resitúa su lenguaje en los acantilados de la disolución de la imagen, bajo estrategias de difuminado formal y cromático, alteraciones de sonidos, parcelaciones de breve recorrido y otras tantas estrategias que convierten la propuesta en puestas de cercana volatización, en definitiva, una inserción de lo infraleve en la postura técnica, a la vez que indaga en los márgenes de un discurso no asumido ni recogido en la habitual charlatanería que acucia al ámbito artístico. Por lo tanto, el espectador debe aprender a leer en la obra de Rrose lo imperceptible de los contenidos, ya que este recoveco permitirá destapar el principal impacto analítico de la artista.
La dilatada trayectoria de la creadora le ha permitido ahondar en pautas autovivenciales, así como en lecturas en torno a distintos fenómenos sociales, políticos y culturales, lo que engrosa una consistencia magmática de experiencia no sólo para la aplicación técnica del proceso, sino en la sutileza fronteriza de las cuestiones temáticas. La artista ha defendido en numerosas ocasiones la necesidad de tomar distancia ético-estética del propio registro visual y de este modo privarse de los asuntos que demanda el mercado, administrador de un sistema complejo que para nada pretende mejorar ni cambiar un ordenamiento instituido, que redunda en camaleónicos pensamientos de reflexión.
Distante y reticente ante los néctares ofertados por el Olimpo de la vanagloria y la autocomplacencia con el que trapacean los comisarios del pensamiento, que poco o nada exudan auténticos baluartes de reflexión y objetivización, prende la decisión de autocomisariarse la muestra y ser ella y únicamente ella la que despliegue un arsenal de acreditada consideración autorreferencial. De hecho, la investigadora Rebecca Gordon-Nesbitt ya lo había dejado palpablemente audible cuando comenta “To close the gap that persists between artistic and institutional practice, maybe a new model needs to be born, from the ground up rather than the top down, which can respond more effectively to the needs of the artists.”
Si las imágenes se escriben sobre humo y no sobre bases físicas es también un juego en torno a los márgenes del soporte, una búsqueda de nuevas pautas en caminos hacia lo etérico y lo sutil, instalándose así en los espacios inmersivos del contingente inmaterial, que tanto interesó al propio Duchamp cuando presentó Air de Paris y dejó su sentencia: “j'aime mieux vivre, respirer, que travailler”. A partir de aquí, se daría rienda suelta a otras iniciativas donde la suspensión de pequeñas partículas gaseosas en el aire se convertiría en material mismo, pero en esta ocasión se da una vuelta más a la espiral de intencionalidad analítica al trasladar la proyección de representaciones a dicho cimiento. Tanto su presencia como su soporte se circunscriben a dimensiones donde lo físico carece de fundamento y se acerca a una mayor visualización mental.
Bajo este espacio ideático engarzado de imágenes mediante la estrategia aplicativa del Site-Writting-Images, reverbera una documentación procesual, que se adecúa a ámbitos más propios de la no fisicidad y la no materialidad respecto a nuestra dimensión cercana, invitándonos a experimentar la siguiente máxima de Mika Suojanen: “What I found is the existence of these non-physical properties of experience in my mind by means of introspection.”
Las señales de humo aportadas por la ancestría tribal no sólo recogían la necesidad comunicativa, sino que se mostraba como un medio que exponía una capacidad de interconexión intuitiva, tan desarrollada en numerosos miembros de las antiguas comunidades, que eran capaces de tramitar las pautas inmateriales de pensamientos y travesías espirituales.
La validez estratégica de Rrose reside en la sutileza de la intervención a la hora de aplicar y emitir sus propuestas, con contenidos que juegan entre lo irónico, lo resbaladizo, lo exploratorio, con la idea de instalarse en los lindes de los nuevos márgenes, pero siempre evolucionando y mudando los experimentos técnicos, con la dilatación de secuencias y la alternancia entre pautas intuitivas y más reflexivas, a modo de continuum bamboleo en su negación por encorsetarse. Además, la necesidad de autoconocimiento le empuja hacia lo novedoso, lo complejo y lo desconocido, de ahí los constantes cambios y variaciones, que son entendidos dentro de un tiempo bergsoniano como testimonios de su propia transformación intelectual y espiritual.
En el diseño expositivo, emerge con inusitado ímpetu la alusión a tres cubos superpuestos, como tres estratos o magnitudes dimensionales desde una perspectiva simbólica y referencial, manifestándose el cubo blanco, la cámara oscura y la acción inaugural titulada Contenedor atmósfera Arte - gente del Arte. Cada uno se instala como un soporte diferenciable para distintos exponentes de representación, rememorando direcciones reactantes tanto desde el origen de la imagen fotográfica y el exponencial que adquirió el cubo blanco con el arte moderno hasta la transcendencia más vaporosa y liviana con su acción de apertura. Las superposiciones insertadas entre estas apelaciones a lo cúbico transcienden la habitual fisicidad tridimensional y coquetean con la alusión de nuevas dimensionalidades cuánticas, que ya antecedía en su premonitoria pieza Acariciando la paradoja de Schrödinger o desdoblamiento del gato de Chris Marker.
De igual manera, retoma la descomposición de la materia en las impresiones de algunas imágenes apeladas por la desintegración del pixel, lo que es recogido como una envestida de color o más bien como si fuera el bombardeo de partículas subatómicas…
Deberíamos ahondar en un ejercicio mental y poder recrear los tres cubos funcionando simultáneamente en base a tres niveles distintos de sustancialidad, algo que linda con lo infraleve y más propiamente con una ciencia que ha conseguido impeler cambios sustanciales en la sociedad sobre la base de lo cuántico y su cada vez más inmediata conexión con el dominio de la metafísica. Se trata de visualizar las tres interacciones conectadas, al igual que se debe imaginar un hipercubo, elemento n-dimensional que nunca se podría ver directamente. La asignación que inyecta Rrose no es sólo observar sino visualizar las posibilidades subyacentes, las que se instalan en la divisoria entre lo físico y lo mental, entre la conciencia y la ciencia.
Resitúa dos cubos estáticos de consistencia temporal, junto con una proyección inaugural que asume una permanencia más reducida en el tiempo, lo que implica desfases transitorios al igual que ocurre cuando abordamos la contingencia de un teseracto, donde únicamente sus vértices interesticiales tocarían nuestro universo cercano, de ahí que nuevamente juegue con lo infraleve para poder adentrarnos en territorios más allá de nuestras propias limitaciones mentales.
Si el cubo blanco juega con la idea de modernidad para aislar el objeto de su contexto inmediato, el cubo oscuro consigue revalorizar discursos más propios de una posmodernidad que todo recogía y reinterpretaba. En definitiva, diálogo con el edificio, diálogo con la representación, y per se diálogo con lo inmaterial a través de un cubo transparente que surgirá en el acto inicial, lo que nos acerca al pensamiento batesoniano de “mirarlo todo desde la mayor cantidad de lugares posibles.”
Iñigo Sarriugarte Gómez (1968). Profesor Titular en el Departamento de Historia del Arte y Música en la UPV/EHU, donde imparte asignaturas vinculadas con el arte moderno, así como en el Máster “Conservación y Exhibición de Arte Contemporáneo”. También, es Profesor Colaborador en el Instituto de Ocio de la Universidad de Deusto, participando en módulos sobre tendencias expositivas.
Sus principales investigaciones se relacionan con el ámbito de lo público, el medioambiente, las filosofías herméticas y la Física Cuántica. Es autor de una decena de libros y catálogos, cuyos principales títulos son “Accesus ad veritatem. Escritos sobre arte contemporáneo, esoterismo y filosofía oriental” (2023), “Lizaso Re Flexión” (2016), “Escultura pública en Leioa. Un patrimonio que define a un municipio” (2013), “Posmodernidad y escultura en el País Vasco. La práctica artística en los años 80 ante los nuevos retos” (2011), etc. Además de ser miembro del grupo de investigación “EsArt – Escenarios para el arte” (Universidad de Oviedo), ha tomado parte en distintas propuestas con otras entidades, entre las que resaltan “Migración de las pinturas del Bosque de Oma al Bosque de Basobarri” y “Espacio Oteiza-Oteiza Gunea”, entre otros. Ha comisariado diversas exposiciones, entre las que destacan las convocatorias de Bosteko de 2018: “Poéticas del silencio, esencias en resonancia”, 2020: “Miradas divergentes: una brisa de shakkei” y 2023: “Del caos al cosmos: paisajes del universo”.
Investigaciones/publicaciones: https://orcid.org/0000-0003-0206-9864